Los veo

Los veo despedirse. Él con su perrito Bulldog Francés y ella toda de negro con una campera de cuero. El pip pip de la alarma de su auto me sobresalta. Yo los miro desde arriba. Él se está quedando pelado y ella tiene una cabellera impecable y trigueña. 

¿Lo habrán hecho? Yo creo que sí, pero a medio pelo, y ella le tuvo bronca porque es la tercera vez que le pasa. No son una pareja estable, pero tampoco se diría que no son nada, ustedes entienden. Ella tiene unas ganas locas de tener un novio que la elija, que la quiera por sobre todas las cosas y que la ponga en primer lugar y no que le escriba a las tres de la mañana a ver en qué anda. Si él sabe o debería saber que últimamente ella no tiene más que esperar su mensaje, ya lo hablaron.

Él vestido de jogging y con un rompevientos, ¿un look más matapasión no había? Por favor, querido, ponete algo decente. Ella se vistió para vos, unas botas de cuero, un jean ajustado que le sostiene las cachas, ropa interior casi nueva, hasta hizo abdominales antes de venir para sentir que tenía la panza tersa. Él con esa buzarda de birra y esa remera vieja, parecería que ibas a jugar unos partidos en la Play, una paja y a dormir. Esa es la impresión que da.

La despide, un beso en la comisura y dice que le avise en la semana y se juntan a comer. Más triste imposible. Creo que es un grave error. Bajó la temperatura, es otoño, llovió durante un rato largo y ahora garúa. Se ven en las luces de la calle las de gotas cayendo como con vergüenza. 

Yo que no tengo otra cosa más que disfrutar de mi momento mientras mi hijita duerme, los veo despedirse así. Deseo que se fundan en un abrazo, se chapen durante varios minutos y, por qué no, se le escape el perro. Que él le pregunte si se queda a dormir, que no da perderse de esta noche y que la pasaron tan bien en la cena.

Nada de eso ocurrirá. Ella le dijo que sí, que se ven en la semana. Él le preguntó si sabe salir. ¿Salir del barrio? ¿La subestima? Ella respondió que sí, que una amiga vive acá a la vuelta. Así que eso es todo. Se va y yo pensando en qué linda noche se están perdiendo.